¿Quien quiere casarse con los hijos de estas señoras?

septiembre 24, 2012

Que me he enganchado a ¿Quien quiere casarse con mi hijo?. Si no sabeis de lo que estoy hablando, podeis desalojar este bar porque no vais a entender nada y porque no mereceis que os sirvamos ni una triste botella de agua mineral. Si sabeis de lo que estoy hablando, probablemente estareis pensando: «Pues es lunes, bonita. Y QQCCMH lo hicieron el jueves. Por poco lo dejas para cuando acabe la temporada». Y yo os diré que qué pasa, que no me acordaba de que tenía un blog y cuando me acordé de que lo tenía, no recordaba la contraseña y que a vosotros qué cojones os importa lo que tarde yo en escribir, si siempre tardo un huevo y que me dejeis vivir, que yo no he venido aquí a hablar de mi vida privada y…

A lo que iba.

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QUIEN QUIERE CASARSE CON

LOS HIJOS DE ESTAS SEÑORAS

Programón. No lo iba a ver, porque yo ahora soy de esas que no ven la tele; pero, como sí que miro internet, pues me enteré en el muro de facebook de Amiga Adorable de que empezaba el programa en cuestión a las diez y media y que iba a ser comentado en su muro. Así que LO VI. Y no solo no me arrepiento, si no que estoy deseando que llegue el jueves que viene.

La cosa va como sigue: cinco señoras ofertan la soltería de sus respectivos hijos, a ver si consiguen casarlos. Y varias señoritas se postulan para el puesto de «prometida de». Y esto es lo que hay:

Güeno, bonito y barato:

Es vendedor ambulante. No parece el más listo de su pueblo. Ni siquiera de su barrio. Y consiguió que le hicieran la cobra todas sus pretendientas, una tras otra. Que ya tiene mérito que no caiga ni una sola teniendo en cuenta que han ido todas ahí a ligar contigo. Quiero decir, que no es lo mismo eso, que jugártela y tirarle muerdo a alguien que no sabes si le gustas o no  ¿No?. Pues ni así… A la única a la que no le tiró los trastos fue, precisamente, a la única con la que se dió el lote el mismo día que la conoció en la presentación. Que a la pobre se le quedó cara de «esto me pasa por ligerica».

Fue muy bonito que a la madre le gustara una candidata que tenía un hijo y que él eliminó. La pobre señora se pilló un berrinche de aupa. Por un momento pensé que acabarían comprometiéndose ellas dos y pasando del hijo. Y muy bonito también que una de las candidatas confesara que siempre había querido tener un novio con un puesto en el mercadillo. A eso se le llama tener una meta en la vida y perseguirla.

Su filosofía de vida se resume en una frase: «La mujer que se llame como quiera, pero el coche que se llame Mercedes». Ole.

Mantequitas Blandas:

Fue «Mister Albacete» y creo que eso ya dice mucho de alguien. Presentarse a «Mister Albacete» debe de ser como presentarse a Miss Alcorcón o Miss Vallecas o Miss Marinadorciudadevacaciones. Quiero decir, que es como saberse guapo, pero no demasiado. Es como ser Mister un poco de segunda. Y que me perdonen los albaceteños que me estén leyendo. O los albacetenses. O como cojones sea el gentilicio de Albacete. Que si yo fuera de Albacete agradecería que me nombraran sin añadir la rima que todos sabemos y, encima, sin cantar la cancioncica esa de la vieja y el viejo que van palbacete, van palbacete. Así que no se me pongan así, que tampoco lo que he dicho es para tanto, joder con los de Albacete.

Es un poco cursi. Bueno, es bastante cursi. Y su madre es bastante pija y se cree más guapa, más joven y más delgada de lo que es en realidad. Y él tiene un síndrome de Edipo que no se lo salta un gitano. ((Inciso: si alguien sabe el origen de esta frase hecha, por favor que me lo explique en los comentarios. Gracias. Fín del inciso.) De hecho, hubo momentos en los que parecía que madre e hijo se iban a dar el lote (cuánto tiempo sin utilizar esta expresión) ahí en medio, en pleno arrebato romántico-calenturiento. Pelín incestuoso todo.

Al final, la que más le gustó fue una chica  que  venía directa de un examen, porque estaba estudiando nosequé carrera, dijo. Y, oigan, yo no se ustedes, pero yo no fuí jamás a un examen vestida como esta muchacha. De hecho, he ido a fiestas de nochevieja mucho menos arreglada que la susodicha que, dicho sea de paso, hablaba con los dientes apretados y con la nariz arrugada hacia arriba, como si todo oliera mal en kilómetros a la redonda.

Escupefuegos:

Tengo que reconocer que de lo que pasó con éste no me enteré mucho porque estuve a puntico de morir de la risa con una escena puramente costumbrista que protagonizaron él y su madre y que paso a narrar. Estaba la madre del susodicho cortando jamón y él le grita desde el baño: «Máaaaaaamaaaaaaaaaaa. Depílame el culo». Y la madre le responde, también gritando: «¿Cómo te voy a depilar el culo si te estoy preparando la mirienda?». Aplausos, ovaciones, lágrimas en los ojos… Maravilloso.

Y es todo lo que tengo que decir de él, aparte de que se lió con una actriz porno con gafas y que el resto de sus pretendientas se cabrearon. Fín de la historia.

Estilista y adoptado:

El gay de esta edición. Él y su madre se merecen un programa para ellos solos. La señora se esfuerza por entender que a su hijo le gustan los hombres. Es más, se esfuerza por entender que a su hijo le gustan los hombres y, si son negros, mucho mejor.

La buena mujer se empeñó en que se quedara un tuno porque le gustó la canción. Le recordaba a su (lejana) juventud y se emocionó. Emocionarse es muy de madres. Lo mejor del tuno, si es que un tuno puede tener algo bueno, es cuando le dijo «como ves, soy enfermero». ¿Perdón? En mi puta vida de primate he visto yo un enfermero vestido de tuno. Así que no, no veo que eres enfermero. Veo que eres tuno. Porque vas vestido de tuno y cantas canciones que solo un tuno cantaría. Vamos, lo que hacen los tunos. Aún así, el tuno se quedó.

Nota: alguien debería decirle a Estilista y Adoptado que los pantalones cortos son una de esas cosas que solo quedan bien hasta los ocho años. Como los petos. Es más, Amiga Adorable debería escribir algo sobre este tema YA.

Los gemelos carentes de interés:

Desde Bollullos del Condado llegan. Que ya es empezar en alto. La verdad es que éstos, ni fu ni fa. Que son gemelos y que su madre me recordaba todo el rato a Raquel Mosquera.  Y ya.

Y para terminar, una petición. Si alguien sabe quien es el editor del programa y el encargado de la selección musical, por favor, que me lo diga. Tanto yo como mis compañeras de afición y comentaristas inigualables estaremos eternamente agradecidas. Estamos deseando crearles su propia página de fans en facebook y de declararles nuestro amor eterno. Y de darles las gracias, claro. Que nosotras somos de natural agradecido.

La semana que viene vuelvo. Si no he vuelto antes. Sean buenos.

MAMA LLAMA

abril 27, 2012

Hola, amigos del misterio.

Esta vez, ni siquiera voy a inventarme una excusa o a intentar disculparme. Esta vez he tardado un huevo en actualizar. Esto es así y punto. Así que, a otra cosa…

Por circunstancias que no vienen al caso, estoy teniendo un contacto más intenso de lo que me gustaría con el mundo maternidad y esas mierdas. Así que voy a compartir con vosotros algunas conclusiones a las que he llegado. De momento, he llegado a tres importantes:

– Los bebés necesitan muchas cosas, pero no tantas como intentan venderte.

– La gente se enternece de manera muy tocha, y hasta límites realmente ridículos, con las cosas de los bebés

– Las futuras madres se vuelven bastante gilipollas, salvo honrosas excepciones.

Me voy a quedar en esta última conclusión para ahondar en ella, desde las superficialidad que me caracteriza.

Por vuestro propio bien, he estado realizando un trabajo de investigación al respecto, por lo llamativo del caso, y, de momento, he catalogado cuatro tipos de madres, o futuras madres, agilipolladas. Yo, como ya era gili de antes, no entro en el estudio.

He descubierto que, misteriosa e invariablemente, el tipo de pre-madre en el que mutan va asociado a un tipo de padre en concreto y a unos nombres de futuro hijo. Lo que viene siendo un «Dior los cría y ellos se arrejuntan» como la copa de un pino. Allá va mi clasificación de madres-tipo:

1.- La mamá mema:

Es fácilmente identificable porque parece que en lugar de un hijo le han diagnosticado una enfermedad terminal. Es lánguida como una modelo eslovaca en un catálogo de lencería. Habla como si cada palabra fuera su último aliento y se acaricia la pancita con sentimiento incluso antes de su primera falta. Vive su embarazo como una experiencia mística, como si la raza humana estuviera a puntico de extinguirse y solo ella fuera fértil en este mundo, como si nadie antes de ella se hubiera reproducido jamás y todos nosotros hubiesemos sido gestados en vainas. Su pareja suele ser un sinsangre con cara de que se ha perdido parte de la historia y no sabe muy bien cómo llegó a esta situación. Parece que mira de reojo la puerta más cercana para tener controladas las salidas y poder escapar en cualquier momento de esta casa, de este mundo  y de esta vida. El niño se llamará como ella diga y punto. Probablemente como su abuelo, si es chico, y como ella misma (o como alguna prota de novela victoriana) si es chica.

2.- La mamá concienciada:

Se lee todas las revistas de padres, todas las páginas webs sobre maternidad y todos los folletos que encuentre en la matrona. Cambia su dieta, sus hábitos de vida y se apunta a yoga. Ve supernany a todas horas y ya está mirando colegios, antes incluso de saber si es niño o niña. Y no solo eso, si no que compartirá (o al menos lo pretenderá) toda esa información contigo. Aunque no te interese una mierda. Se acabaron el resto de temas de conversación. No hará ningún esfuerzo, ni nada que se le parezca, y tendrá antojos desde el minuto cero de gestación. Su pareja está superimplicado en el embarazo, hasta el punto de que él también se lee esos libros (cuando los acaba ella) y deja de comer jamón en solidaridad y consideración. Viven intensamente este momento tan maravilloso que, muy posiblemente, lleven muuuucho tiempo esperando. Y con «muuuucho tiempo» quiero decir «el tiempo que se tarda en intentarlo, darte cuenta de que no hay manera, ir al médico, someterte a mil tratamientos y, cuando estás a un paso de la adopción, tener un embarazo de riesgo». El bebé tiene todos los puntos de que le caiga el nombre de moda del momento. De especímenes como éste han salido millones de Nicolases, Teos, Martinas y Lunas.

3.- La mamá hipernatural:

Todavía no sabe seguro que está embarazada pero ya sabe que el parto será en casa y natural del todo, rodeada por su familia y poniéndolo todo perdidico. Sabe también que le va a dar el pecho hasta que se independice, que dormirá en la cama de matrimonio hasta que se toque, que los pañales serán de tejido orgánico reutilizables, que no lo va a vacunar y que, si me apuras, obligará al padre a comerse la placenta. Nunca le dirá que no a nada, no sea que crezca traumado, comerá solo lo que le guste, irá al cole cuando quiera y elegirá su propio nombre. Así que, una de dos: o el niño se llamará «Agua», «Pipí» o «Mamá», o le llamarán «Oye tú» hasta que se decida. Eso, o tiene todos los puntos de llamarse con nombre de fenómeno meteorológico y estar enganchado a la omeopatía antes de los 13. El padre va vestido como Sonny Crockett incluso en invierno. Y este es el signo más representativo de su carácter. Y el único, posiblemente.

4.- La mamá coñazo:

He intentado buscarle un nombre un poquico mejor, pero es que no me salía nada que se ajustara tanto a lo que quería decir. Como podeis imaginar, es una futura madre pelín peñazo. Antes de nada, un consejo: en cuanto la identifiques… HUYE. Solo hablará de SU embarazo desde el segundo 1 después de la inseminación. Todo en ella irá más rápido de lo normal: si la tripita se empieza a notar al tercer mes, ella la empezará a notar a la quinta semana. Si el bebé se mueve a los seis meses, el suyo lo hará a los tres. Si el peor mes es el último, los suyos serán el séptimo, octavo y noveno. Si tu no ves nada en las ecografías, ella le habrá visto tan claramente que habrá podido leer sus labios y saber que  el bebé decía «mamá, te quiero».  Hablará siempre de «su hijo» antes de que la pobre criatura haya pasado de cigoto a feto y ya nunca jamás abandonará ese sentido de la posesión. Si alguna vez pregunta a otra embarazada por su estado, no será más que una fórmula para introducir rápidamente un monólogo que empieza con un temible «pues yo…» y que nunca sabes cómo ni, lo más importante, cuándo acabará. El bebé tendrá un nombre superespecial y con mogollón de significado. Rollo el prota del primer libro que le regaló el padre del churumbel, o el prota de la primera peli que fueron a ver juntos, o el cantante de la canción que sonaba cuando se conocieron… O, pero aún, se lo inventarán. Lo dicho: HUYE.

AVISO IMPORTANTE: En ocasiones se combinan dos de los agilipollamientos dando lugar a una fusión insoportable de síntomas. Aquí insisto en mi consejo de antes…HUYE. Como alma que lleva el diablo, signifique eso lo que signifique. Si te atrapa, estás perdido porque no se conoce ningún caso de agilipollamiento que haya remitido. Más bien al contrario: la cosa siempre va a más.

Es arte, malditos.

septiembre 20, 2011

Buenas tardes, he vuelto. Y os voy a contar algo. Y  luego espero vuestra opinión en los comentarios. Y espero que en éste vuestro bar se abra un debate sesudo y de nivel (Maribel) sobre la ética, el arte y la moralidad. Y también, por qué no, de los destalentaos. Que es un tema que me apasiona y que, tras los problemas de lindes y los ponys, es el tercer tema en mi escala de temas favoritos para hablar a partir de la cuarta cerveza. Así que, amigos, pillad vuestro taburete y acercaos a la barra. Hoy invita la casa.

Nota de la dueña del bar: todos los hechos aquí narrados han sido comprobados con sus propios ojitos. Nadie se lo ha contado. No va a dar nombres porque es una señorita, así que se los va a inventar. Serán nombres inventados, pero reconocibles a poca mala leche y conexión a internet que tenga cualquiera que lo lea. En este párrafo habla de ella en tercera persona por razones que desconoce. Se va a pasar la continuidad narrativa por el forro de los cojones. Gracias y buena suerte.

¿CUANDO DICES «ARTE», LO QUE REALMENTE QUIERES DECIR ES «FRAUDE»?

1.-  LA FICCIÓN NOVELADA.

Imaginaos por un momento, amigos del misterio, que teneis en el bolsillo 1500 euros en billetes de 500 (osea, tres) y que quereis comprar algo bonico y artístico para colgar en vuestro salón. Imaginaos que pasais por la puerta de una galería cualquiera con nombre de grupo sueco de música pop, en la que hay una instalación y la artista vende SUS dibujos, SUS fotos y SU video. Acariciais vuestro bolsillo y mirais una de las fotos que os gusta. «Señorita» (esto se lo decís a la señorita de la galería. No es que hableis solos ni que se lo digais a cualquier señortia. No: se lo decís a la señorita de la galería) «Señorita» (repito) «¿Podría usted decirme, si vuesa mercé fuera tan amable, cuanto cuesta esta fotografía?». Ella os mira así como con indiferencia y dice: «1500». Estupendo. Es justo el dinero que teneis y que pensais gastar. Entonces viene la pregunta: ¿La fotografía la ha hecho la autora de la instalación?» Y llega también la respuesta «Sí, claro. Es una artista multidisciplinar que hace sus propias fotos. Las ha hecho ella». Osea, que si comprais esa foto estais comprando una foto realizada por la artista cuyo nombre ficticio es, por ponerle uno, Cascabel Rastro Yan.  Y como teneis más dudas, porque es vuestro dinerito y quereis saber lo que comprais, preguntais: «¿Y también es la modelo?» y la amable (o no tanto) señorita os dice que sí, que también. «Vaya» pensais (en realidad habeis pensado «coño» pero por escrito no queda bien, así que pongo «vaya») «Vaya» (repito) «¿Y cómo es posible que esté en el agua posando y realizando una performance y al mismo tiempo haciendo una foto? Igual la ha hecho otra persona por encargo suyo a la que le ha pagado por hacerlo y sale en los créditos porque todo sería un trabajo en conjunto aunque la idea es suya y es la creadora». «NO» dice la ahora menos amable señorita. Y lo dice así con mayúsculas «NO. Las fotos las ha hecho ella. Hay alguna que la ha hecho otra persona, pero todas esas las ha hecho la propia artista. Es una artista multidisciplinar que hace instalaciones, performance, dibujos, fotografía y vídeo». Hay un hombre en España que lo hace todo.

Comprais la foto: una foto original, perteneciente a una serie limitada de cinco copias , de la artista multidisciplinar Cascabel Rastro Yan, hecha por ella misma. Obviously. 1500 euros menos en vuestro bolsillo y una obra de arte original más en vuestro salón.

Hasta aquí la ficción novelada de los hechos. Y ahora, la pregunta:

2.- LA PREGUNTA:

¿Cómo os quedais si os digo que la obra original por la que habeis pagado 1500 euros no la ha hecho la propia Cascabel, si no que ha contratado a un fotógrafo para que las haga? Fotógrafo al que no nombra en los títulos de crédito, al que no ha dicho que va a vender las fotos como si fueran suyas y que hizo absolutamente todo el trabajo en lo que a fotografía se refiere. ¿Os sentiríais estafados? ¿Es fraude o es arte?

Hasta aquí la pregunta. Y ahora, los hechos objetivos:

3.- LOS HECHOS OBJETIVOS:

Verano de 2011, Bufalbanyar (Ballorca). Cascabel Rastro Llan, artista multidisciplinar, llega a Bufalbanyar para llevar a cabo una performance consistente en meterse en el agua con un kimono japonés de tropocientos metros de largo. Ella ha hecho el kimono y ha contratado a un fotógrafo, de nombre Riel, para que haga las fotos. También se ha puesto en contacto con un conocido, de nombre Bani, para que grabe algunas tomas de video mientras ella está en el agua con el kimono haciendo la performance. El conocido, acompañado de una amiga de nombre Marga, graban imágenes a su puta bola y sin indicaciones precisas (ni precisas ni nada. Sin indicaciones de ningún tipo). Riel, fotógrafo reconocido, guía y dirige la sesión. Hace sus fotos, que luego editará y retocará. En un momento dado sugiere ir a otra localización para hacer otras tomas. Cascabel se queja del frío. Yo lo observo todo desde una piedra, bastante incómoda, porque yo no soy muy de meterme en el agua ni muy de ayudar a desconocidos. No se muy bien ni por qué he bajado.

Noche de Aparte, Calma de Ballorca (Ballorca). Se inagura la exposición de Cascabel Rastro Llan. En la galería se expone el kimono con gigantismo, dibujos y bocetos originales de la artista, fotografías y vídeo. Las fotografías constan como obra de la artista. El vídeo también. No se habla de una performance y en los créditos no se nombra a las personas que han colaborado. No. TODO ha sido realizado por ella. Ella solita. Con sus manitas. Y así lo certifica la empleada de la galería cuando le preguntas: las fotos las ha hecho la artista multidisciplinar. Son obra original suya. El vídeo también. Todo. Es multidisciplinar, maldita sea. ¿Es que no os enterais?

Hasta aquí, los hechos objetivos. Ahora… mis dudas:

A ver… yo entiendo que en una obra de estas modernas de performance y cosas así, alguien tenga una idea cojonuda y necesite de un equipo de gente para llevarla a cabo. Vale, les contratas, organizas la exposición y les nombras en los créditos. Y tú eres el artista y ellos tu equipo. O algo así. Pero… ¿decir que la obra es tuya porque la has pagado no es directamente mentira? ¿Es ésto el arte y yo me acabo de caer de un guindo, sea lo que sea un guindo? ¿Es ético decir que has hecho algo que no has hecho y sacar un beneficio económico de ello? Ella considera que es autora de esas fotos porque de ella es la idea y ella llevó a cabo la acción. Mi amiga Amparo fue aquel día a la playa e hizo fotos con su móvil. ¿Tiene en su móvil una obra original de Cascabel Rastro Llan? Yo una vez hice fotos de una actuación de Les Luthiers. ¿Las fotos son de ellos? ¿Debería enviárselas con una nota disculpándome y los 250 euros que me pagaron entonces por ellas? Si llamo a un compositor y le digo que tengo una idea cojonuda para un tema y me compone una canción y se la pago y contrato a una cantante para que me la cante, y le pago, y yo luego la vendo como mía… ¿Soy cantante o soy un fraude?

No se, amigos… Tengo dudas, que dijo aquel. ¿Y si Milli Vanilli no eran un fraude y eran arte? Pobres…

Un flamenco en la montaña

diciembre 9, 2010

El otro día fuí de excursión. Ya sabeis lo aficionada que soy a todo lo que tiene que ver con el deporte. Y si no lo sabeis os lo digo yo: no me gusta el deporte. Antes me leería la última novela de Vargas Llosa mientras me clavan astillas entre las uñas de los dedos del pie, que correría de aquí a la puerta. Y no me veis, pero estoy muy cerca de la puerta. Así que, entre que fuí de excursión y que llevo tanto tiempo sin actualizar que no recordaba ni la contraseña del blog, me he dicho: Tate, escribe sobre ésto y matas dos pájaros de un tiro, te quejas y actualizas todo en un uno. Y procedo a ello:

UN FLAMENCO EN LA MONTAÑA

o cómo perder todo el glamour en cinco sencillos pasos

Paso 1: CUSTOMIZATE COMO SI FUERAS A PEDIR PA COMER A LA PUERTA DEL MERCADONA EL DÍA DE NOCHEBUENA

Puesto que no tengo ni la más mínima afición por cualquier actividad que huela lejanamente a deporte, mi fondo de armario no cuenta con nada parecido a un pantalón de chándal (l’horreur hecho prenda textil), unas zapatillas deportivas o una sudadera. Así que me dije a mi misma: Mimisma, ¿Qué es lo más parecido que hay en el mundo a ir en modo deportivo? Y me contesté: Ir desastrao. Y cogí el pantalón vaquero más viejo que tengo, el jersey más viejo que tengo e incluso las bragas más viejas que tengo y me lo puse todo. Me miré al espejo y me di cuenta de que me faltaba algo importante: ME HICE UNA COLETA. Y ya está, una tía deportista comilfó. Me zampé un tazón de cereales, que dicen que da energía (y yo iba a necesitarla) y salí dispuesta a darlo todo. Bueno, no. Salí pensando: ¿En qué momento perdí el control de la situación y dije: yo también voy de excursión?

Aún no he sido capaz de contestarme a esa pregunta…

Paso 2: SUDA COMO UNA LOCA

Cuando llegamos al camino (al principio había camino) me di cuenta de que todo era CUESTA ARRIBA. A ver… que yo no tengo nada en contra de las cuestas p’arriba si no tengo que subirlas yo. Pero es que esta vez, yo era parte del pelotón. Miré a mis compañeros chandaleros y, no me vais a creer pero… SONREÍAN. A todo ésto, un cartel avisaba de que en la zona habían bichos con el aspecto de un mapache pelirrojo que era peligrosamente carnívoro y a los que estaba permitido matar con impunidad. Y yo había salido deportivamente ataviada pero sin mi cerbatana, maldita sea. Y aquello parecía peligroso. Pero no me quejé, todavía, y tiré para arriba mientras trazaba un plan mental por si había que reaccionar con rapidez ante el ataque de una manada de mapaches pelirrojos locos como cabras. Como todo era cuesta arriba, repito, antes de que pudiera darme cuenta y asquito estaba sudando como un obeso mórbido en una sauna estropeada.

Paso 3: PEGA EL CULO AL SUELO Y ARRÁSTRALO COMO SI NO HUBIERA UN MAÑANA

En contra de todo pronóstico, llegué bastante alto respecto al punto del que partíamos. No coroné la cima porque tampoco es plan, y porque no podía con mi alma, pero casi. Como alternativa, me senté en un claro (llámale claro, llámale pedrusco en medio de la montaña) y me comí cuatro mandarinas, una bolsita de anacardos y media tableta de chocolate con crispis. Cuando bajaron Ellos empezó el descenso. Y el descenso consistía en, debido a la ausencia de camino, bajar como las cabras por las piedras. Y cuando digo piedras quiero decir pedrolos como cabezas colocados a mala fé para hacerme perder el equilibrio. Así que opté, en algunos tramos, por pegar mi culo al suelo e ir bajando. Si ya estás en el suelo, amigos, es difícil que te caigas. A estas alturas, no es necesario que os diga que entre mi atuendo, mi sudada y el culo arrastas, mi glamour ya se había resentido notablemente… Podemos pasar pues al cuatro paso.

Me gustaría reseñar antes de abandonar este punto, que para entonces ya me había dado el dolor absurdo por el cual una rodilla me duele cuando subo y la otra me duele cuando bajo. Un drama.

Paso 4: ADÉNTRATE SIN PUDOR EN EL MARAVILLOSO MUNDO DE LA ILEGALIDAD

Por fín, llegamos abajo. Pero la alegría iba a durar poco: entre el camino y nosotros había una verja de esas como de alambres con palotes de hierro o algo así. Delante de mis ojos pasó mi vida en diapositivas y, luego, un cortometraje de autor en el que se veía todo lo que habíamos hecho desde que llegamos al cartel de los mapaches, pero marcha atrás y con el ruidito ese que hacen las pelis cuando van al revés. Me imaginaba deshaciendo camino y me daban ganas de matar, y no precisamente a los mapaches pelirrojos que nunca vimos. Pero no hizo falta:  alguien tuvo la genial idea de que después de haber bajado una montaña arrastrando el culo, lo mejor era levantar un poquito la verja, arrastrarnos un poco más por el suelo (pero esta vez el cuerpo entero) y pasar al otro lado. Es decir: allanar una morada. Y lo hicimos. No voy a dar datos de lo que vi allí dentro porque no quiero que nadie identifique el lugar y nos detengan. Y porque me consta que el dueño de tal imperio lee este blog. Y no puedo permitirme perder un lector. Solo os daré un consejo basado en mi experiencia allí: nunca, bajo ningún concepto, adorneis el puente de acceso a vuestra mansión con dos galgos de granito estilo ptolomeico de varios metros de altura. No es bonito.

Paso 5: SALTA UN VERJA, SIGUE EL CURSO DE UN ARROYO SECO, SALTA OTRA VERJA, CRUZA UN VIÑEDO Y SALTA OTRA VERJA.

No me voy a enrollar mucho con este último paso porque, a estas alturas, el glamour ya solo era un pequeño punto allá a lo lejos que apenas me recordaba que yo, alguna vez en mi vida, estuve mona y estilosa. Por eso y porque ya lo he contado todo en el título. En realidad, este paso lo pongo porque fué como para acabar de rematarlo todo: subí y baje verjas como si me fuera la vida en ello. Y realmente, yo creo que me iba en ello. No olvidemos que estabamos abandonando la propiedad que habíamos invadido ilegalmente. Para entonces yo ya tenía una pinta que más que penica daba asquico. Estoy segura de que si en ese momento un gigante verde me hubiese cogido así como por lo hombros y me hubiese depositado en medio de la Gran Vía, en menos de cerocoma sería la mejor amiga de los hermanos heavies y llamaría por su propio nombre en luegar de por su apodo a todos los traficantes a pequeña escala del barrio de Malasaña.

Objetivo conseguido: todo mi glamour a tomar por saco en menos de cinco horas y media.

 

Y esto es todo, amigos. Si alguna vez necesitais dejar de ser estilosos, este manual es para vosotros. Con amor.

p.d. Voy a intentar que no pase tanto tiempo entre esta actualización y la próxima. De verdad. Lo voy a intentar… Pero no prometo nada. Yo lo intento y si no… pues no pasa nada. ¿vale?

 

 

 

Yo y Mis Cosicas

agosto 29, 2010

Que como estoy de vacaciones (viva el ocio, viva el asueto) se me había olvidado que tengo un blog. Pero que estoy bien, gracias, y voy a actualizar. Que voy:

CINCO COSAS ABSURDAS QUE ME PASAN Y QUE SI NO LAS ESCRIBO AQUÍ YA ME DIRÁS TÚ DÓNDE LAS PONGO

(o cómo actualizar un blog semi-abandonado cuando no tienes nada mínimamente interesante que contar)

COSA NÚMERO UNO o primera cosa:

No soporto las cosas redondas y pequeñas. No se por qué, pero me provocan un rechazo tal que me puedo llegar a poner muy tonta. Y cuando digo «muy tonta» quiero decir MUY TONTA. No soporto, por ejemplo, los botones. Detesto las camisas, llevo vaqueros de cremallera y doy gracias todas las mañanas por la invención del velcro. No como lentejas ni aunque me aten.  No las comería aunque fuera lo único comestible sobre la faz de la tierra y estuviera al borde de la muerte por inanición. Antes me como a mi madre a la plancha y sin mayonesa, fijate lo que te digo. Y las monedas me provocan un rechazo horrible. Llevo siempre dos monederos: uno para las monedas, por si no puedo encasquetárselas a nadie, y otro para los billetes y las tarjetas (que es el único formato dineril que soporto tocar). Mis parejas han sufrido, a lo largo de los años, el cargar con mi cambio o encontrarse por todas partes moneditas abandonadas. Tampoco me gusta jugar al parchís, ni a la oca, ni a ningún juego cuyas fichas sean pequeñajas y redondas. El confeti tampoco es algo que me apasione, aunque reconozco que con tanto colorín es mi preferido dentro del asqueroso mundo de las cosas pequeñas y redondas. ¿Qué le voy a hacer? Soy una esteta…

COSA NÚMERO DOS o segunda cosa:

Desde hace un año, aproximadamente, vivo permanentemente instalada en una campaña para recuperar palabras en desuso que me parecen hermosas. Son tan monas y están tan injustamente tratadas, que yo las utilizo siempre que puedo. Aunque eso signifique que a veces me miren raro o no me entiendan. Me la suda. Todavía recuerdo con cariño el caluroso día del verano pasado en que fuí a quejarme al encargado del metro de Valencia porque estaba lleno de guiris apestosos que venían de la tomatina de Buñol. (Inciso: Buñolenses que me leeis, tengo una pregunta para vosotros y es la siguiente… ¿Es necesario?. Fin del Inciso). El caso es que el buen hombre del metro me miraba con incredulidad mientras yo le decía que aquello era un atropello, un despropósito, un cambalache, un guirigay…Ah, se me olvidaba… también me abanicaba enérgicamente. Porque yo soy muy de llevar abanico en verano. Como si fuera una señora mayor pero sin serlo.

A lo que iba. Las palabras que he recuperado hasta el día de hoy son: gaveta, bisoñé, piscolabis, zarcillos, maravedí, cartapacio, ágape, alfeñique,  botarate, pizpireta, ósculo, finado, zote… Y me dejo alguna muy fijo. Si quereis uniros a mi campaña, os estaré eternamente agradecida y, además, podemos intercambiarlas.

COSA NÚMERO TRES o tercera cosa:

La gente en general, los desconocidos de infantería, me puede caer bien o mal por las cosas más tontas del mundo. Y sí, hablo de la gente que me cruzo por la calle y con la que nunca cruzo una palabra ni sabré jamás cómo se llama.

Me chifla (y le deseo que tenga un gran día) la gente que lleva camisetas con frases de pelis, los que sonrien por la calle, los que leen mientras caminan, los que se paran a acariciar a un gato, los que llevan calcetines de distinto color, los que llevan gorros o sombreros (pero no los que parece que van disfrazados a lo Jordi Mollá el día que quiere pasar desapercibido pero ser reconocido), los que andan como si dieran saltitos, los que llevan bolsas de tela, los que cuando llueve andan sin paraguas, los que compran flores en los puestecitos de la calle, los que comen gominolas mientras caminan…

Me cae fatal (y les deseo que les cague una paloma) la gente que habla a gritos por el móvil, los que llevan libros de autoayuda o best sellers (odio esta palabra pero no encuentro un sinónimo molón), los que andan por debajo de la cornisa con paraguas cuando llueve, los que frenan en seco delante de los escaparates, los que llevan pantalones amarillos,  los que huelen a pachuli, los que siempre tienen mucha prisa, los que acaban de escapar de la portada de una revista de tendencias, los que tiran desperdicios al suelo…

COSA NÚMERO CUATRO o cuarta cosa:

A veces me pasa que me empeño en hacer cosas sin que medie en absoluto la razón. Más bien por intervención directa de la ausencia de ésta. Nosesimexplico. Vamos, que a veces se me mete entre ceja y ceja hacer cosas absolutamente demenciales y no paro hasta que lo consigo. El último perrenque especialmente reseñable (y absurdo hasta rozar casi el dadaismo) fué en Riga, donde me empeñé en ir una noche a un karaoke letón en el que solo había rusos borrachos y la letra de las canciones estaba en cirílico. Y hasta allí arrastre a mi compañero de viaje, que fué abrazado por dos rusos ebrios hasta decir basta, y a dos amiguetes a los que, desde aquí, les agradezco que nos acompañaran y que no pensaran que estoy loca.

En mi historial de «Absurdeces que NO Pude Dejar de Hacer» hay de todo: desde cenar cosas de un solo color a ir a un bingo con una bombona de butano, pasando por ir a desayunar a un puticlub de carretera o cantar en público una de Azúcar Moreno en la ciudad colonial de Santo Domingo con coreografía incluida. Hay veces que no puedo parar… Y lo peor de todo es que siempre arrastro a alguien conmigo en éstos periplos demenciales. Desde aquí os pido disculpas a todos los que lo habeis sufrido.

COSA NÚMERO CINCO o quinta cosa:

Me flipa la vergüencica ajena. No lo puedo remediar, pero disfruto enormemente con esa sensación. Bueno, hasta un límite. Llega un punto en que, si la sensación es más cercana a la pena o la rabia que a la vergu, no lo soporto. Una amiga mía, bella y talentosa como solo mis amigas pueden serlo, dijo una vez que la vergüenza ajena es como una señora gorda que se te sienta encima. Y tiene razón. Pues bien, yo soy tan fan de la señora gorda, pero TAN FAN, que recuerdo con nostalgia la emisión de «Confianza Ciega» (Jo, Nube), he visto todas las temporadas de «Granjero Busca Esposa» (menos ésta, pero por razones ajenas a mi voluntad), leo de vez en cuando los foros de «Hazteoir» y «Libertad Digital» e, incluso a veces, he visto el «Diario de Patricia» (o de quien sea). «Mujeres y Hombres y Viceversa» me parece un inventazo y en mi casa se celebró una fiesta tropical mitiquísima en la final del primer «Supervivientes», por no hablar de la que celebramos en casa de mi amigo Juanqui para la final del primer «Gran Hermano». Y nunca estaré lo suficientemente agradecida al Señor Llutuf por descubrirme la existencia de Wendy Sulca, Delfín, La tigresa de oriente, Paquita la del Barrio y tantos otros que tan buenos ratos nos han dado.

Y nada… que les dedico esta actualización a mis amigos Diana y Víctor y que prometo actualizar muy pronto y juro que será con algo interesante de verdad y que yo he venido aquí a hablar de mi libro y saludo a mi madre que me estará viendo. Muchas gracias y hasta pronto.

SIN PRISA, SIN CRITERIO, SINVERGÜENZA… (vol. 1)

abril 3, 2010

Amiguetes…

Pensaba escribir un post disculpándome por haber tardado tanto en actualizar,. He estado buscando una excusa lo suficientemente molona como para que me dejara en buen lugar e, incluso, que pensarais que vosotros en ese caso aún habríais tardado más en escribir. Pero no la he encontrado. Luego he optado por buscar el equivalente internetero a las enciclopedias médicas de toda la vida, para localizar una enfermedad preocupante, pero no demasiado, que justificara mi ausencia. Pero he tenido que dejar de leer porque tenía todos los síntomas de todas las enfermedades y ya me veía en urgencias echando la noche.   Y tampoco es plan. Al final he decidido, con generosidad y modestia, escribir un decálogo de verdades universales indiscutibles. Con un par.

DECÁLOGO DE VERDADES UNIVERSALES INDISCUTIBLES

1.- Quien no come queso no es de fiar.

Esta verdad universal indiscutible se basa en un estudio científico de campo realizado por mí, que comencé cuando tenía ocho años. En esa época  empecé a clasificar a la gente entre los que les gustaba el queso y los que no. Los que pertenecían al segundo grupo no me caían, en general, demasiado bien. Eran personas oscuras, de mirada torva y hablar cansino. Con los años observé que, en la mayoría de los casos, no les gustan los gatos, ni el picante y miran raro a las minorías étnicas. No son de fiar. Ésto es así. No porque lo diga yo, si no porque es así y punto.

2.-  El azul marino y el negro no pegan.

Ésto lo corraboraría cualquier madre a la que le pregunteis. Y si lo dice una madre, por supuestísimo que es verdad y sanseacabó. Además, hay hechos históricos que lo acreditan. A saber: que Marta Sánchez vistiera así a sus bailarines en los noventa, que algunos economistas combinen estos colores sin pudor para ir a trabajar y que las modernas empiecen a usarlos juntos combiando prendas de un color con complementos del otro. Una horterada como otra cualquiera. Además, hay una vieja leyenda centroamericana que dice que si te vistes con esos dos colores te puede dar dengue hemorrágico. Y no hay más que hablar.

3.- El odio es incondicional, el amor no.

Así es, queridos. No nos engañemos. Cuando queremos a alguien, queremos que nos quiera. Queremos que nos preste atención, que se preocupe por nosotros, que nos llame, que nos busque… esas cosas que esperamos todos cuando queremos a mucho a alguien por muy poco que lo merezca. Sin embargo el odio es sincero y  profundo. Se odia incondicionalmente, con independencia de lo que el otro sienta por nosotros. Se odia, además, sin prisas y sin esperar nada a cambio. Se odia sin frivolidades. No se odia al más guapo, más rico, más alto… se odia al que se lo ha ganado a pulso, generosa e intensamente. Y ésto es así.

4.- Los pelirrojos no son buenos.

Se les reconoce porque tienen la piel blanquecina, muchas pecas pequeñas muy juntas y el pelo color naranja. Recuerdan todo el rato a las manchas de ketchup en las camisetas, a los raspones de pequeños en las rodillas., a la Semana de las Tetas Grandes… Dan grima. Seguramente ni les guste el queso ni los gatos y, casi seguro, que dan la mano así blandita; como si en vez de cinco dedos tuvieran cinco salmonetes, como si en vez de los buenos días te dieran una untada de mantequilla  y como si en vez de un día cualquiera fuera el fin de los días y le hubiesen enviado desde el infierno para anunciártelo. Dan mala suerte fijo. Como testimonio personal diré que no he conocido a ninguno que sea buena persona. Ya está. Ya lo he dicho.

5.- Todo lo que escuece, cura.

Porque sí. Porque el mundo está hecho así. Si tú te haces un raspón y no tienes agua oxigenada cerca, pues te echas colonia. Que también escuece. ¿Por qué? Porque cura. ¿Y por qué cura? Porque escuece. Y eso vale para todo. Porque es verdad y punto. No va a ser casualidad que siempre te curen con cosas que escuecen. En realidad lo que pasa es lo contrario: que todo lo que cura, escuece. Si existiera algo que curase sin escocer, ya lo estarían usando. Pero no. Hasta el betadine escuece. Si me apurais, hasta el aloe vera escuece un poco. Lo que pasa es que huele bien. Y eso, si eres chica, compensa.

Continuará…

… pronto…

… probablemente.

OGBUAG 2009, GÜELCOM 2010

enero 5, 2010

Leo en los blogs de Amiga Adorable y Amiga Monérrima éste post y éste, respectivamente. Y oye, que me ha gustado a mí la tontería de hacer balance del 2009 y hacer mis predicciones para 2010. Y encima es que si éstas dos talentosas lo hacen, es que hay que hacerlo para ser conductor de primera (acelera, acelera). Así que no me resisto, me copio y aquí va mi propia versión:

OGBUAG 2009   (balance)

– En lo personal, el 2009 fué un año de mierda que se arregló al final con una remontada bastante maja. Tan maja, que pese a todo y gracias a ella, el balance es positivo. Minipunto en lo personal para el viejo 2009.

– En lo profesional, empezó mal y terminó mal, con pequeñas cositas positivas concretas repartidas a lo largo del calendario. De todos modos, acabé 2009 reconciliándome ligéramente con mi profesión. Pese a ello, minipunto negativo en lo profesional para el viejo 2009.

– En lo familiar, a mi madre le dió mamitis y a mi hermana le hicieron un bombo (con su consentimiento). Así que estoy a punto de ser tía de la niña más guapa del mundo. A Señora Madre se le pasó la mamitis y le entró la abuelitis. Lo cual es bueno para mí. Así que minipunto positivo en lo familiar para el viejo 2009.

– Mes puto del 2009: abril

– Mes chachi del 2009: diciembre

– Lo mejor del 2009: mis amigos. Me he dado cuenta, que ya lo sabía,  de que tengo la suerte de  contar con grandes amigos a los que quiero un montón, que me quieren un montón y que, encima, me lo demuestran constantemente. Amiga Adorable, Amiga Monérrima, Amiga Talentosa, Amiga Loca, Amigo Tarado, Amigo Imposibledenoquerer, Hombre Importante, Futuro Marido, Amiga Funcionaria, Amiga Sofisticada, Amiga Carabiru… etc… ¡Os quiero!

– Lo peor del 2009: la sensación de fragilidad.

– Hombre del año:  Benji Weeratunge

– Mujer del año: Carmen Lomana

– Canción del año: Skinny Love, de Bon Iver

– Película del año: Si la cosa Funciona, de Woody Allen.

– Programa del año: Granjero Busca Esposa. Aunque a puntico estuvo de desbancarle Pekin Express.

– Descubrimiento del año: el Candela.

. Muerte del año: Michael Jackson.

GÜELCOM 2010   (predicciones)

– En lo personal, el 2010 va a continuar como acabó el 2009 y yo, encantada.

– En lo profesional, me saldrá un curro haciendo lo que me gusta, bien pagado y que me hará sentir realizada y creativa. Cagarsen.

– En lo familiar, voy a ser la tía de la niña más guapa del mundo. Mi madre dejará de llamarme a todas horas para ver cómo estoy y qué hago, independientemente de la hora que sea y de que me haya dado tiempo de hacer algo o saber como estoy.

– Mes puto del 2010: no habrá

– Mes chachi del 2010: todos

– Lo mejor del 2010: mis amigos, guanmortaim.

– Lo peor del 2010: que los voy a ver menos de lo que quisiera porque voy a estar viajando.

– Hombre del año: Ya os lo diré…

– Mujer del año:  Rebeca Argudo

– Canción del año: Un velero llamado libertad, de Jose Luis Perales

– Película del año: Las de Amiga Adorable y Amiga Monérrima.

– Programa del año: Confianza Ciega (que debería volver).

– Descubrimiento del año: La sorpresa enigmática que Amigo Imposibledenoquerer está perpetrando en su blog y que nos tiene a todos en un Ay.

– Muerte del año: La duquesa de Alba.

Y como bonustrac os dejo algún que otro propósito para el año que viene:

– Emborracharme más pero tener menos resacas.

– Montar menos pollos y ser más zen.

– Normalizar mi relación con el móvil y que dejen de cabrearse mis amigos porque no me localizan.

– No volver a caerme por las escaleras. Ni por un terraplen con los pantalones bajados.

– Y creo que ya… que si no lo consigo, lo mismo me frustro y entro en Modo Drama Irreversible. Y paso.

Una vida sin Navidad… ¿Sueño o utopía?

diciembre 26, 2009

Sí, ya lo se. Ya se que no soy nada original, pero odio la navidad con todas mis fuerzas. Pocas cosas en el mundo odio tanto como la navidad. Quizás las lentejas. Bueno, las cosas redondas y pequeñas en general. O las pelis de Medem. Incluso a Medem, si me apurais. O a Ismael Serrano, Amaia Montero o Carlos Goñi. Y a algunos modernos, claro (no me obligueis a dar nombres). Pero bueno, tengo mis razones para odiar la navidad. Agunas de ellas las podeis leer aquí, donde Amiga Adorable lo explica perfectamente. Pero yo he venido aquí a hablar de mi libro. Bueno, no. He venido aquí a dejar por escrito que a mí no me vuelven a pillar. Se acabó. Me planto. Éste es el último año. Tengo un plan perfecto para el año que viene. Un plan para una No Navidad. Y al año que viene lo pienso poner en práctica y me la suda todo.

PLAN PERFECTO Y ALTERNATIVO PARA UNA NO NAVIDAD


día 22 de diciembre: No habré comprado ni un solo décimo de lotería, ni habré guardado ninguna de las participaciones que te regalan en los bares, kioskos o droguerías. Me levantaré tarde y, sin poner la tele, me tomaré mi café con leche de todos los días y leeré los periódicos. No veré el telediario para no ver a la mujer histérica de todos los años gritando delante de la administración de turno, ni a su marido de todos los años (digo yo que será su marido) echándole champán a los periodistas (que se creerá gracioso, el tío), ni a la lotera  de todos los años con el papel que pone que allí se ha vendido el gordo. Pa gorda tu puta madre, lotera.  Como mucho, encenderé el feisbu, pero en modo desconectado. Para que nadie pueda hablarme y decirme que lo importante es la salud. Desconectaré el teléfono, para que no me llame mi madre a ver qué he hecho ni me diga que si me acuerdo de Mujer Cualquiera, que le ha tocado algo porque le vendieron un número a su hija en el trabajo y que lo que va a hacer con el dinero es tapar algunos agujeros. Paso. Veré una peli que no tenga nada que ver con la navidad, acariciaré a mi gata y me dormiré tranquilamente. Igual como mandarinas. Perdón, clementinas. Que las mandarinas tienen pitas.

día 24 de diciembre: Me levantaré más tarde todavía que el 22 y no me quitaré el pijama en todo el día. No iré al super a comprar «las cuatro cositas que faltan», porque no me faltará nada porque no cenaré nada especial. Apagaré el móvil para que no me lleguen sms de esos grupales que le llegan a toda la lista de  contactos  del remitente. Desconectaré el fijo para que no me llamen ni mi madre ni mi tía ni nadie. No habré comprado regalos para nadie ni habré hecho nada con mis propias manos. Obviamente, ni habrá árbol ni belén ni papá noel colgado del balcón. Cenaré algo de infantería, como huevos fritos con patatas. O huevos rotos. Que podría estar comiendo huevos rotos toda la vida. Veré una peli en la que no salga un cascarrabias al que se le aparecen tres fantasmas y se hace bueno, comeré clementinas y me iré a dormir.

día 25 de diciembre: Me levantaré cuando me salga de los cojones, no encenderé ni el móvil ni el ordenador ni ningún artefacto que permita a alguien localizarme. Cerraré la puerta con llave y desconectaré el timbre. No abriré mi correo para no tener que ver todas las felicitaciones absurdas de amigos, conocidos y desconocidos. Odio especialmente las de hijos disfrazados de pastorcillo o papá noel y las de duendes verdes bailones con la cara de un amigo. Escuchadme todos bien: las primeras NO son adorables  (y vuestros hijos no se merecen eso. Ni yo tampoco) y las segundas NO son divertidas. Basta ya. No comeré nada que se parezca, ni remotamente, a un cocido. Veré alguna serie y me quedaré dormida cuando mi cuerpo lo necesite. No se si quedarán clementinas, así que posiblemente coma frutos secos.

día 31 de diciembre: Obviamente, no me habré comprado un modelito especial con el que estar monísima ( e incomodísima) y cagarme de frío (Nunca he entendido por qué los vestidos de noche vieja son siempre de tirantes. Es como si los bikinis fueran de cuello alto). Obviamente tampoco habré comprado uvas, ni champán, ni ropa interior roja. Porque, obviamente, no habré quedado con nadie ni voy a ir a una de esas fiestas absurdas donde ellas van disfrazadas de mujeres sofisticadas y ellos siempre acaban con la corbata atada en la frente y toreándose los unos a los otros con la americana. Se cenará lo que me apetezca ese día (probablemente alcachofas) y de postre, cualquier fruta que no se presente en formato racimo. No creo que recuerde ni dónde dejé el móvil, así que no voy a preocuparme porque nadie me moleste. Veré alguna peli de miedito, abrazaré a mi gata y comeré chocolate. No me enteraré de que son las doce de la noche ni de que ya hemos cambiado de año. Me dormiré en el sofá, pero me la suda. No pienso levantarme ni a mear.

día 1 de enero: Me levantaré temprano, pero no mucho para no cruzarme con los últimos borrachos, y saldré a desayunar churros con chocolate. Después, pasearé al solete (porque hará solete) y me sentaré en algún sitio tranquilo a leer un cómic molón.  Cuando empiecen a aparecer las primeras familias con hijos a comer fuera, me iré a mi casa. Allí, veré cualquier peli de catástrofes naturales o animales peligrosísimos tras haber sufrido algún tipo de mutación por experimentos secretos. Me comeré los churros que me han sobrado del desayuno y que me habré llevado en una servilleta.

día 5 de enero: Habré puesto contra la  la puerta de la entrada, cerrada con llave y sin timbre ,cualquier mueble mas grande que yo y que sea capaz de arrastrar solita. Así, en caso de que alguien con llave de mi casa haya tenido la genial idea de venir a ver si me ha pasado algo, no podrá entrar. Veré Lost (por fin) desde el capítulo uno hasta que mi cuerpo lo permita. Comeré y beberé todo lo que me apetezca y no habrá por ningún lado ni rastro de algo envuelto en papel de regalo. Ni en papel de periódico. Ni en nada de nada. Cerraré la puerta del balcón y pondré en el cristal cinta americana como si estuviera a punto de tocar tierra un huracán de grado cinco. Así, si hay algún gracioso que quiera venir a dar por saco, no tendrá nada que hacer más que llamar a los bomberos para que le bajen de nuevo con la escalera molona esa que tiene un balcón al final. El roscón no entrará en mi casa ni de coña. Por no haber, ese día no habrá nada redondo con agujero. Ni donuts. Me iré a dormir cuando me rote y feliz de la vida porque al día siguiente ya habrá pasado todo. Y porque ya no volverá a ser navidad hasta dentro de un año. ¡¡Un año enterito!!

Porque lo mejor de la navidad es eso: que cuando se acaba, falta mucho para que llegue de nuevo. Y da tiempo de olvidarla.

Las Cosas Del Bar Flamingos

noviembre 26, 2009

Amiguetes:

Hoy voy a escribir un post de los de salvar los muebles y fidelizar audiencia mientras preparo uno sobre artistas multidisciplinares y otras fiestas de guardar. Así os tengo entretenidicos y dejais de pimplar un rato, que contenta me teneis…

En fín… a lo que iba. Que he estado mirando las estadísticas de éste vuestro bar para saber las cosas que busca la gente cuando nos encuentra. No vosotros, que lo que buscais es emborracharos gratis y bailar desnudos en la barra. Me refiero a los desconocidos esos que a veces asoman el morro y nos miran raro. Pues esos vienen buscando las cosas más extrañas del mundo. Supongo que cuando le den a «voy a tener suerte» en el guguel y aparezcan aquí, fliparan un poco. Así que he decidido solucionar eso y he cogido las diez busquedas habituales por las que la peña llega al flamingos y voy a tratar de solucionar sus dudas. Para que la próxima vez sí que tengan, realmente, suerte. Allá vamos:

PROBLEMAS COTIDIANOS DE LA VIDA: Desconocidos que llegais al Flamingos tras introducir la frase «problemas cotidianos de la vida» en guguel… a vosotros me dirijo. Los problemas cotidianos de la vida son tres. Os los enumero para que os resulte más sencillo seguirme.

1.- El problema del rollo de papel higiénico:  ¿El rollo de papel higiénico se pone con la caida hacia adentro o hacia afuera? Siempre hacia adentro, amigos. Hacia afuera queda raruno y es incómodo a la hora de cortar con una sola mano o sin mirar.

2.- El problema del pollo:  ¿Puedo volver a congelar el pollo después de haberlo descongelado? Sólo si lo has cocinado. Te recomiendo que lo congeles en raciones individuales. Que luego es un coñazo descongelar todo el tocho de pechugas si solo vas a necesitar una o dos. Y golpearlo contra la encimera, si no estamos solos, no es del todo elegante.

3.- El problema de la tapa del water:  ¿Puedo pegar a mi pareja si no baja la tapa del wc? Efectivamente. Y no solo puedes, si no que debes hacerlo. Es más, ni siquiera estaría mal visto que le  abandonases a su suerte en la puta calle y desnudo después de haberle golpeado con una toalla mojada.

PROSTITUTA DEL FLAMINGO: Ésta es más complicada. Pero voy a intentar daros una respuesta… Se llamaba Amanda y ya no trabaja aquí. Estuvo un tiempo, porque llegó nueva a la ciudad (en realidad, al país) y pensó que sería una manera fácil de conseguir dinero para mantener a sus hijos, uno de ellos con cierta deficiencia. Pero se equivocó de bar, quizás por el nombre. El flamingos no era lo que ella esperaba y, aunque conseguimos que se sintiera como parte de la familia, pues claro… eso no da de comer. Así que al final decidió irse a otro local, un poco más de carretera y un poco más del perfil prostíbulo  para padres de familia frustrados, alcaldes de doble moral y camioneros solitarios (nosotros somos más del sector borrachos de barra sin distinción de pelaje). Pero vamos, que de vez en cuando aún escribe o llama por teléfono. Siempre a partir de las cuatro de la tarde, porque su trabajo es más de estar liada por las noches. y claro, se despierta tarde. Le diremos que habeis preguntado por ella. Seguro que se alegra. Los chiquillos bien, gracias.

COMO LLEGAR DE UN LUGAR A OTRO: Vale, esta me la se. Lo primero de todo es tener claro dos conceptos: dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos. Una vez superada esta fase, a la que denominaremos «Fase de Documentación» pasaremos sin más dilación a la parte dinámica del proceso y que, dependiendo de la distancia en km que separe los dos puntos, podremos desarrollarla por nosotros mismos o ayudados por distintos artilugios. Pero empecemos por lo sencillo. Si la distancia es corta, adelantaremos el pie derecho balanceando los brazos al mismo tiempo. A continuación y sin vacilar, levantaremos del suelo el pie izquierdo y sobrepasaremos con nuestra pierna izquierda la posición de la derecha, volviendo a apoyar el pie izquierdo sobre el suelo. Repetiremos este proceso, alternando un pie y otro, hasta alcanzar nuestro objetivo. Importante esquivar culaquier obstáculo que encontremos, independientemente de la naturaleza del mismo (a no ser que el obstáculo respire,  esté de buen ver y nos invite a tomar algo). Si la distancia es larga, realizaremos este mismo proceso desde donde nos encontremos hasta donde esté aparcado nuestro coche o, en su defecto, la parada del bus o metro más cercana. Si está muy, muy lejos… podemos optar por el avión o el barco. Pero el concepto es el mismo en todos los casos.

CUANDO UN HOMBRE DICE… QUIERE DECIR…: Vaya por Dior. Me pones en un aprieto porque muchos de los clientes de este bar son hombres y, además, amigos. Pero bueno, allá voy… Básicamente, hay cinco cosas que dice un hombre y que, invariablemente, quieren decir otra bien distinta. Pero no te preocupes, desconocido que has llegado hasta aquí buscando respuesta a tus dudas, que yo te las voy a decir:

. «Tengo dudas».- Si un hombre dice eso, lo que quiere decir es «lo tengo claro, pero no me atrevo a decírtelo en la cara». Ésta ya la tratamos en otro post, pero te la repito. Si total, no me cuesta na.

. «Siento algo especial por tí».- «Estoy cachondo». Lo que siente especial es una erección. Pero eso solo te lo diría si tuviera síndrome de Asperger y, normalmente, no es el caso.

. «Necesito estar solo».- «He conocido a otra» o «ya conocía a otra y me la he zumbado».  Existe la variante «Necesito tiempo», pero significa lo mismo. Lo mejor que puedes hacer es decirle que sí, que bien, que vale  y pirarte sin mirar atrás.

. «Quiero una relación abierta».- Lo que quiere decirte tu churri es que quiere zumbarse a todo lo que se le ponga por delante, pero que a tí ni se te ocurra pensar siquiera en hacer algo ligeramente parecido.

. «Me pillas en un momento complicado de mi vida».-  No se atreve a  decirte que no tiene ningún interés sexual por tí. Ni sexual, ni de ningún tipo. Pasa mil.

COMO LLEGAR A MOJACAR EN BUS: Desconocido que quieres ir a Mojácar desde donde sea, lo mejor que puedes hacer es preguntar por la estación de autobuses a cualquiera que te encuentres por la calle. Después de un educado «hola, buenos días», prueba a utilizar la clásica fórmula de «¿Sería usted tan amable de indicarme cómo llegar a la estación de autobuses?».  Y una vez allí, pues en información mismo les dices que te indiquen dónde se saca el billete pa Mojácar. Teniendo en cuenta que acabo de descubrir que apenas tiene algo más de 6.000 habitantes, yo diría que va a ser más fácil que vayas de Dondequieraquestés a Almería y de allí a Mojácar. No te pongo aquí el horario de los autobuses porque tampoco quiero ofenderte y confío en que serás capaz de encontrarlos tú mismo.

MOTES PARA PRIMOS: Lo de los motes, amigo desconocido, es algo muy íntimo. Pero vamos, puedo sugerirte unos cuantos y tu ya se los vas aplicando a cada primo según tu criterio. Te aviso que yo soy fan de los motes elaborados, ingeniosos, con chispa… Así que me decanto especialmente por los que siguen: «El Gordo», «El Imbécil», «La Chochoabierto», «La Caraculo», «La Caracráter», «El retrasado»… Te recomiendo que observes a tus primos y vayas a donde duele. Si tartamudea, no lo dudes. Tu primo está pidiendo a gritos que le llames «El Tartaja». Si lleva gafas, opta por un clásico: «Cuatroojos». Si es pelirrojo, llamale «El Zanahoria» y no desaproveches ninguna ocasión para darle una colleja bien dada. No conozco a ningún pelirrojo que no se la merezca. Suerte.

PETO VAQUERO YA NO SE LLEVA: Me gustaría poder decir que no, que ya no se lleva, excepto en la franja de edad que va de los cero a los ocho años (en cuyo caso, y combinado con una gorrita o coletas, es francamente adorable). Pero en este caso me pasa como con las hombreras y los pantalones bombachos, que siempre pienso que ya pasó y luego, de pronto y sin avisar, vuelven a estar de moda. Yo te aconsejo que no te lo pongas si tienes más de ocho años. Y ya que estás aquí, y como te intuyo despistaete, te aconsejo también que no combines azul marino con negro, que huyas de las estolas y que las superposiciones y el exceso de complementos lo dejes para cuando te seleccionen para participar en «Fama, a bailar». Espero haberte ayudado y vuelve cuando quieras.

LAS TETAS DE FRANCINE GALVEZ: Pero hombre, por Dior… ¿Qué mierda es ésta? Para empezar, en este bar no se puede pronunciar el nombre de esa señorita. Es gafe y podría acabarse el ron o la ginebra. O lo que es peor: la cerveza. Así que por favor, recoja sus cosas y abandone el local. Aquí está reservado el derecho de admisión y nadie que esté tan enfermo como para pensar en las tetas de EfepuntoGepunto merece estar aquí. Nunca le hemos perdonado lo que hizo con Confianza Ciega y nunca se lo vamos a perdonar. Osea, Nube.

COMO SE ESCRIBE EN INGLES GRANJERO: la palabra «granjero» se escribe igual en todos los idiomas. Otra cosa es que los que hablen esa lengua entiendan lo que significa o que, incluso, pueda significar otra cosa distinta. Si a lo que te refieres es a cual es la palabra en inglés que define a la persona que cuida de una granja, la respuesta es «Farmer». No es que sepa inglés, que no se. Es que lo he buscado en el traductor de El Mundo, en el de mi mac y que estoy enganchada al farm town del feisbu. Y oye, parece que no, pero con los jueguitos estúpidos se aprende idiomas.

REGALOS PARA FALLERAS: Pues bien. Desde mi punto de vista, un regalo útil para una fallera sería algo de sentido común, vergüenza torera y buen gusto. Como esto no lo vas a encontrar en El Corte Inglés y, además, ella lo malgastaría, vayamos a lo práctico. Te adjunto una lista de cosas que seguro que le pirran a cualquier fallera petarda que se precie:

– una figurica de lladró de una pareja de huertanos. Si el va a caballo, mejor.

– algún utensilio de cocina artesanal de algún pueblo de Valencia. Si hablan con acentazo, mejor.

– una actuación de Francisco, cantando el Perofrenar a grito pelao. Si es el día de la cremá, mejor.

– un micalet en miniatura. Si es de cerámica, mejor.

– un ninot de cartón piedra. Si estuvo en una falla infantil, mejor.

ACTUALIZACIONCILLA: Hoy ha entrado alguien en el blog buscando «la triste y absurda nueva repostería». ¿No es fascinante?

GRANJERO BUSCA AGUJERO (guanmortaim)

noviembre 12, 2009

(Este post está dedicado entera y expresamente al Sr. Lamadriz, cliente habitual de este bar)

Amiguetes:

Ya sabeis que opino que «Granjero Busca Esposa» es lo mejor que se ha hecho en televisión desde «Confianza Ciega» (si obviamos la participación de Francine Gálvez). Y claro, ahora que ya ha empezado pues estoy ahí a ver que pasa. También tengo que decir, para ser sincera, que esta temporada no me mola tanto como la anterior y que lo mismo este domingo me engancho a «Pekin Express». Que me han dicho que hay una niña histérica y dos polis de Coslada, uno de los cuales tiene unos brazos que han merecido varios sms de algunas de mis amigas. Pero bueno, a lo que iba. Que este año la cosa está como sigue:

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– LOS GEMELOS DE PUERTO HURRACO:

Como su propio nombre indica, son dos y son gemelos. A mí me dan un poco de repelús porque tienen el pelo grasoso y eso tira p’atrás. Además de que yo tengo un trauma con los gemelos por culpa de Diane Arbus y de Kubrick. Pero esa es otra historia. Hablan a las pretendientas como si fueran vacas. Sus «vacas» son:

. La Señora/Señor: ésta es mi favorita de este año. Dicen que se llama Ani, pero yo creo que nació Manolo. Si la dejan sola… ara, siembra, recoge y te vende la cosecha en el mercado. Si no se casa uno de los gemelos (o los dos) con ella deberían contratarla como capataz de la cuadrilla. Y como el vecino se salte las lindes, convierte la granja en Puerto Hurraco en un pispás.

. La Britniespirs: Es medio normal, pero lleva unas mechas que no van con su edad. Y se hace coletas. No debe tener amigas. Porque a mí las mías no me dejarían llevar esas pintas. Además, se cree más guapa, más moderna y más estilosa que las otras (sin ser ella nada de eso) y eso tampoco nos gusta. Ha abandonado tras el numerito de las rosas y las hostias.

. La Pelos: Es una mujer madura con melenón despeinado. Y eso, como bien dijo Amiga Adorable, hace que parezca que está a punto de entrar en un comedor social a recibir su ración del día, en lugar de hacerla parecer más joven. Ese look solo le queda bien a las adolescentes y a las modeluquis. Bueno, y a algunas mozalbetas que  se pasean por La Latina los domingos por la mañana como si las fueran a fotografíar sorpresivamente para ser portada del ELLE.

. La Panchita: Cada cosa que dice, los gemelacos le saltan a la yugular. Aunque ha tenido algún momento tonteo en la cama ante la mirada de la Señora Señor, que les observaba metida en la cama con bata y todo. Mu raro. No la van a elegir, pero nos vamos a reir en cuanto los saque de quicio y ellos la líen parda. Apuntan maneras de psicokillers todo el rato. Al tiempo…

– EL SOSAINAS:

Es soso soso como él solo. Pobret. Dan ganas de zarandearle todo el rato para ver si reacciona o algo. Pa matarlo, vamos. Poco más que decir de él. Sus pretendientas son:

. La del tatuaje del padre: Mu fuerte. Lleva la cara de su padre tatuada en el omoplato. Que dice un amigo mío que estar con ella en la cama y tenerla de espaldas debe dar como susto. Olvídate de darle besitos cariñosos en el tatu, claro. Porque estás morreando a su padre. Qué mal rollo. Nos parece desequilibrada y borderline a partes iguales. Y eso nos gusta.

. La Borde: Claro, al lado de la otra, ésta parecía normal. Pero no. Es una arpía de tres pares de cojones. No hace más que soltarle dardetes a la carapadre. Es soberbia. Otra que tiene una patada en la boca que no se la quita nadie. Puede dar juego si saca de quicio a la, ya de por sí desquiciada, carapadre.

– EL HOMBRE FELPUDO:

Da grimica. Es enano, le salen lo pelos del pechito por el cuello de la camiseta y tiene una sonrisa de salido que tira p’atrás. Le han debido de hacer la cobra a lo largo de su vida ni se sabe las veces, pobre. Cada vez que se rie como para adentro me pone malísima. Y no soporto su mirada de ir salido todo el rato y querer agarrarse a una teta y no soltarla jamás. Vamos, que si me lo cruzo por la calle le meto una hostia en la boca sin mediar palabra y sigo andando.

. Mandi: Se quiere casar y lo dejó bien claro el primer día. Mi opinión es que no ha pillado cacho en su vida y ha visto aquí su oportunidad de vestirse de blanco como ha soñado siempre. Es de las que , en su infancia y adolescencia, se enrollaban una sábana y se ponían un tapete de ganchillo en la cabeza, haciendose el pasillo arriba y abajo tol rato tarareando la marcha nupcial. Su rasgo más característico es su desproporcionada mandíbula (de ahí lo de Mandi, cortesía de Amigo Imposibledenoquerer) lo que la hace hablar de una manera mu raruna. Es un poco pelícano…

La sudaca: Tiene loquito a felpu que, cada vez que mira para arriba y la ve detrás de las tetas, babea como un caracol al que le hayan echado sal.  Por mí, que la elija y consiga los papeles. Que ya se ha dejado besar por él y, solo por eso, se merece algo.

EL ADOPTABLE (o David Escur vol.2):

Es alto (minipunto), parece entre tranquilo y bobales, habla bastante cerril y parece buen chico. A mí personalmente, me parece demasiado cazurro. Que estos son de los que te dicen que sí a todo, pero agachan la cabeza y topan. Pero vamos, que es el más normal y el que mejor ha elegido. Las pretendientas:

La normal: nos gusta. Es normal. No tengo más que decir. Bueno, sí. Que no se que hace en este programa… Aunque Amiga Adorable tiene la teoría de que un sábado noche en que todo estaba cerrado apostó con sus amigas a que tenía huevos de ir a Granjero Busca Esposa.

La Choni: Choni y teleoperadora. Claro, así la panadería le parece un ascenso. No parece la más lista de su pueblo. Ni de su barrio. Ni siquiera de su calle. Pero no es mala chica. Si no estuviera con la normal, tendría posibilidades de salir elegida. Nos cae muy bien porque algunas de las grandes frases de esta edición son suyas: «no me voy a quedar aquí de candelario» y «eres super de rubito y super de majo».

PEPINO HOLANDES:

Antes fue estriper y ahora no se quita la camiseta de tirantes ni en invierno. Lo mejor de él es su perrete adorable. Está encantado de haberse conocido y no quiere casarse, lo que quiere es zumbar con chicas nuevas porque a las del pueblo ya las ha catado todas. Sus pretendientas:

La de las islas (las que sean): Pues na… normal. Ni fu ni fa. Monilla. Pero la vio en bikini y le moló. Y no hay mucho más que decir, porque no hace demasiado. Se ha duchado con un cubo y casi se da en toda la frente con él intentando ser sensual.

La poligonera: Muy poligonera ella. Y muy sentimental, oye. Que se ha emocionado mucho con el paseo a caballo por la playa. Era su sueño. De toda la vida. Lo más destacable de ella es la poca gracia que tiene depilándose las cejas. Y que jamás se ha visto tan cerca de un maromo con esos brazos. Y claro, lo flipa. La ha liado parda chivandose a los de la granja de la quesera de que aquella coquetea con éste. Escribe un diario absurdo en su ordenador, al que cada vez que le escribe le dice: «querido diario. Soy Dafne». Parece ser que el diario no la reconoce de una vez para otra.

LA QUESERA: Según su propia madre, solo le miran las tetas y el culo. Menos el argentino, que la mira englobada. Pero a ella eso le da igual. Ella solo quiere que la mire, englobada o como sea, es Pepino Holandes, con quien hizo ojitos (y vete tú a saber qué más) los primeros días de programa. Hemos descubierto hoy, gracias a la poligonera, que se estaban escribiendo todo el rato. Sus pretendientes hasta hoy, que se han pirado y la han dejado ahí plantada, eran:

El argentino: Es guapo, guapo. Tiene loca perdida a la madre de la quesera, que lo ha definido como «divino por dentro y por fuera» y ha dicho de él que «podría ser modelo en vez de granjero». El cámara lo sabe y le hace planos cerrados que quitan el sentío. Y el montador se lo pasa pipa cada vez que coinciden la madre y él. Mitiquísimo el montaje del día en que hablaron en la granja. El primer plano de la caida de ojillos de la madre y, a continuación, el piececito de él fue GRANDE.

El Genetista Vacuno: Se le ve buen chaval. Simplón, porque nadie de más de diez años debería llevar peto vaquero y él lo lleva. Lo de la camiseta con el eslogan «carnicería jose» tampoco dice mucho a su favor. Aunque Jose, el carnicero, debe estar encantado. Tiene menos feeling con la quesera que Espe y Gallardón. Pero Amigo Imposibledenoquerer tiene la teoría de que le mola el argentino y al argentino le mola él. Sería un Brokeback Mountain granjeril superideal. Aunque a la madre de la quesera le da un algo fijo.

Seguiremos informando…